miércoles, 4 de junio de 2014

Que te ibas a morir.

Hoy te conté que soñé con vos. 
Hablé de otros sueños, pero no te voy a contar este. 

"Mejor no", dijiste.

Soñé que estabas enfermo y te ibas a morir. Eso soñé.

Alguien a quien sí le conté me preguntó cómo me sentí en ese momento: "no estaba contenta, no me gusta que se muera la gente...", no estoy segura de haber dicho la verdad. 

También bromeé con que mejor, birra en mano, lo analizábamos a la tarde. No me gusta contarle a la gente que sueño que se muere. Dije dos boludeces y me hice un trago. Bien por mí. 

Se me fue la impresión, pero estuve inquieta toda la tarde, inquieta y molesta. Cuando sueño la muerte de alguien el resto del día estoy inquieta... y molesta.

Te hinché las bolas un poco, creo que me molestaba que no quisieras saber lo que soñé. Te hinché las bolas un poco más. 

Igual no te voy a contar.

Pero le cuento al que pase: soñé que te ibas a morir.