Algunos hermanos y yo fuimos a algún recital, por algún motivo terminamos en alguna sala de teatro ("hace cuánto que no veo teatro, veremos qué tal..." pensé) y un señor vestido de pollito gigante toca una canción de Sting en español... decido partir y veo que la parte de la familia que iba conmigo hace lo mismo "qué conexión!"... si, y que malo era eso! Vamos a otra sala y ahí si hay música divertida, gente conocida... alguna proyección... y en un ordenador un sitio que no puedo manejar...
Después con mi amiga mari vamos a pasear a su perro y me lleva como al jardín de una iglesia... o un convento... algo así... está un poco descuidado y tratamos de subir una parecita... ella quiere limpiar un poco el lugar (ya que está de jardinera, últimamente)... veo que hay luces prendidas y me llama la atención que nadie venga a dcirnos nada, el jardín es muy lindo, aunque le falta un peu d'amenagement... trepamos esa parecita, el perro s divierte... dije que era de noche? si, muy raro... esa pared es como de una pileta, algo así... no sabría bien decir qué era... pero había piedras y pasto que crece adentro... yo me recuesto y estoy tranquila mirando el cielo y la nada cuando una chica con una remera de football americano (blanca, no vi el número!) se para adelante mío y me mira... sin decir nada....
Mejor me levanto, mirá si es un asesino serial o algo así!
viernes, 16 de octubre de 2009
petites histoires avant de me reveiller
para jugarle a la quiniela:
asesino serial,
fútbol,
iglesia,
jardín,
martingala,
teatro
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En mi cuarto gigante de toda la vida estábamos con Louise apurada, al atardecer otoño o primavera, que venía a pedirme prestado un pisón (un "pisón" es un salto de cama o una bata o algo de eso - Louise desconfiaba de que yo supiera que era, pero yo lo sé desde siempre-), y le ofrezco el del ajuar de novia de mamá... y papá está ahí mirando todo sentado, serio, callado y bordó... Y después nos fuimos a la vereda de la casa de algún conocido por un pasillo de una casa que no sé si alguna vez vi...
ResponderEliminar¿A la vereda íbamos por cerveza, no?
ResponderEliminar¿Y para qué querría yo un pisón?
... no, por cerveza no: yo iba a acompañarte a la vereda para despedirte porque estábamos siempre en mi casa... Y el pisón lo querías porque lo necesitabas para ir a algún lado (a esos lugares raros que vas, Louise, en pisón...)
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