sábado, 10 de noviembre de 2012

Déjà vu.

Lo escuché que salía de su cuarto (yo dormía en el living) y lo saludé con la mano. Él respondió un "hola" susurrado y cruzó hasta el baño. Minutos después se iba a trabajar y yo casi le digo "buen viaje", pero él no iba lejos, así que con esa voz de camionero que me caracteriza por la mañana le dije que tenga un buen día, que se cuide y que no trabaje mucho que está enfermo, que vuelva pronto. Él agradeció y se fue. 
Minutos después lo escuché que salía de su cuarto (yo dormía en el living) y lo saludé con la mano y... 
- "para... ¿vos recién ahora salís del cuarto?"
- Si... - va cruzando hasta el baño.
- Entonces yo no... - balbuceo frases que no termino, muevo los brazos, estoy confundida.
- No.

Dice mientras se ríe y entra al baño. ¿Lo voy a tener que saludar otra vez? No soy capaz de hacerlo con el cariño del saludo anterior, me quedo dormida y balbuceo una suerte de saludo cuando esta vez sí se va de verdad. 

Lo próximo que escuché fue su llave en la puerta cuando volvió de trabajar, seguido de su risa al ver que yo seguía durmiendo. 

Ya que me despierta podría poner la pava, ¿no?



¡Gracias Diego!

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